domingo, 21 de diciembre de 2008
Siguiendo las señales acabé celebrando la Navidad
jueves, 11 de diciembre de 2008
Se hizo sencillo y humilde..
lunes, 1 de diciembre de 2008
José Antonio Delgado en Sevilla
Magia y música - Sevilla
C/ Virgen de las Montañas, 18
Con Álvaro Laguna y Diego Losada
Entrada: 3€
domingo, 30 de noviembre de 2008
Un finde con Juanma...
lunes, 17 de noviembre de 2008
Encuentro Nacional Taizé en Sevilla, del 8 al 10 mayo de 2009. "Vive lo inesperado"

Este es un icono “viajero”. No debe conservarse, ni retenerse. La persona que lo tenga es responsable de llevarlo a algún lugar donde crea que hace falta un poco de esperanza (puede ser una parroquia, un grupo de oración, un hospital, un orfanato, etc.), para orar en torno a él, o simplemente para que haga presencia. Una vez allí, explica su historia (que viene explicada dentro del sobre), y propone que alguien se lo lleve, para que siga libre su particular peregrinación a lo largo de todo el país. Es importante no retenerlo, y confiar en que la siguiente persona que se lo lleve hará lo mismo “lo que gratis recibisteis, dadlo gratis” (Mt, 10, 8).
El “Icono de la Amistad” o “Icono del Buen Amigo” proviene del monasterio de Bawit en Egipto y data del siglo VII. Actualmente se conserva en el Louvre. Se ha identificado al hombre que está junto a Cristo como un santo egipcio, el Abad Menas. A los quince años este hombre se convirtió en soldado del imperio romano, pero tres años después abandonó el ejército para entregarse a la vida contemplativa en el desierto. Tras vivir cinco años como un ermitaño, regresó a la ciudad para declarar abiertamente su fe. Murió martirizado en 296 d.C. y pronto se convirtió en una referencia para los cristianos perseguidos. Cristo, a su lado, está caracterizado por el halo de santidad con la cruz, y por su nombre “Salvador” escrito en copto. Sostiene el libro del Evangelio y pasa su brazo sobre los hombros de San Menas.
“En nuestra iglesia se encuentra una copia de un icono copto del siglo VII. Muestra a Cristo poniendo su brazo sobre los hombros de un amigo desconocido. Por este gesto, toma sobre sí el peso, las faltas, toda la carga que pesa sobre el otro. No está frente a su amigo, sino que avanza a su lado, le acompaña. Este amigo desconocido es cada uno de nosotros. En el siglo VII sabían ya que Cristo no viene a castigar al ser humano. Desciende hasta lo más bajo de la condición humana. No deja que repose sobre nosotros ni la más mínima parte de lo que nos abruma.” (Hno Roger de Taizé, en Pasión de una espera)
miércoles, 29 de octubre de 2008
Juan XXIII, la corta primavera
Hace hoy 50 años el que escribe esta entradilla estaba en la Piazza San Pietro viendo la fumata bianca y siendo después “tocado” por la contagiosa sencilla humanidad del nuevo papa. Por eso agradece especialmente al amigo Juanjo el haber escrito y habernos enviado este artículo, a la vez que lo enviaba a El País.
El 28 de octubre de 1958 era elegido papa el anciano patriarca de Venecia Angello Giuseppe Roncalli, que tomaba el nombre de Juan XXIII, tras casi veinte años de pontificado de Pío XII, tan criticado por su insensibilidad hacia la persecución del nazismo contra los judíos y por ser martillo de la teología moderna. Nada hacía pensar en su biografía que el nuevo papa pudiera llevar a cabo cambios importantes en la marcha de la Iglesia católica, anclada en la Cristiandad medieval. De joven se había formado en un seminario de la Contrarreforma. Ya sacerdote, fue secretario particular del obispo de Bérgamo, su diócesis natal, y profesor de historia de la Iglesia. Su siguiente destino fue la dirección nacional de Propaganda Fide en Roma. Después, ejerció, durante diez años, la función de visitador apostólico en Bulgaria, país con solo sesenta y dos mil católicos, sin mucho entusiasmo. “Bulgaria es mi cruz”, escribió entonces con resignación. De Bulgaria pasó a la nunciatura de la Turquía laica de Atatürk en plena política secularizadora, que rechazaba el islam y cualquier forma religiosa considerada integrista, incluido el catolicismo. Su posterior misión fue la nunciatura de Francia, donde llegó en 1944 cuando estaba a punto de ser liberada del nazismo, en un momento de fuerte división entre los católicos -sacerdotes y obispos incluidos- por profundas divergencias políticas e ideológicas. Allí le tocó vivir la experiencia de los sacerdotes obreros y las sanciones de Pío XII a algunos de los más cualificados representantes de la nouvelle théologie. Con setenta y un años fue nombrado arzobispo de Venecia. Una vida, por tanto, entre el trabajo burocrático de la curia romana y la diplomacia, con un breve tiempo de actividad pastoral.
Sin embargo, en menos de cinco años que duró su pontificado, logró poner en marcha una de las mayores transformaciones de la Iglesia católica, que pasó del autoritarismo “piano” al conciliarismo, del integrismo al , de la Contrarreforma a la Reforma, de la Cristiandad a la modernidad, del anatema al diálogo y de la alianza con el poder a la Iglesia de los pobres. Ponía fin, así, a cuatro siglos de Contrarreforma, haciendo suya, sin citarla, la propuesta del reformador Lutero: “La Iglesia debe estar en permanente reforma”, que asumió luego el concilio Vaticano II.
Con el pontificado de Juan XXIII se inicia una era de cambios compulsivos en la historia de la humanidad que continuaron a lo largo de la década de los sesenta del siglo pasado. Fue, por utilizar la expresión de Karl Jaspers aplicada a otra época histórica, el tiempo-eje de las utopías en el que se sucedieron importantes transformaciones de toda índole: la revolución cubana, la independencia de países sometidos a las potencias europeas, la lucha por los derechos civiles, los movimientos de liberación en América Latina, la revolución estudiantil, la primavera de Praga, el diálogo cristiano-marxista, etc. Transformaciones todas ellas alentadas por una filosofía de la esperanza que tuvo su traducción religiosa en las teologías de la secularización, revolución, de la esperanza y de la liberación. Juan XXIII se cuenta, sin duda, entre los grandes líderes que reviriteron la historia en dirección a la justicia y a la liberación: Fidel Castro, Che Guevara, Nasser, Ben Bella, Kennedy, Martin Luther King, etcétera.
Juan XXIII llevó a cabo una revolución copernicana dentro de la Iglesia católica. Con la convocatoria del Vaticano II recuperaba la tradición democrática de la Iglesia de los concilios medievales de Basilea y de Constanza, que defendieron el concilio como forma colegiada de dirección de la Iglesia. En el discurso de apertura del Vaticano II mostró su desacuerdo con los “profetas de calamidades que siempre están anunciando infaustos sucesos como si fuese inminente el fin de los tiempos”. Criticó las alianzas que el cristianismo había hecho, desde Constantino, entre el trono y el altar, denunciando las “ilícitas injerencias de las autoridades civiles” en el desarrollo de los Concilios ecuménicos y las acciones supuestamente protectoras de los “príncipes de este mundo” que respondían a motivaciones políticas y al propio interés” y generaron daños espirituales. Entonaba así el requiem por la Iglesia de Cristiandad, considerada hasta entonces la única forma de realización del cristianismo, e iniciaba el diálogo con la Modernidad, a la que sus predecesores habían condenado como el Anti-cristo y la gran enemiga de la Iglesia.
Puso las bases para la democratización de la Iglesia, que hasta entonces funcionada como una patriarquía, como una monarquía absoluta y se estructuraba al modo estamental del Medievo, con sus binomios, o mejor, oposiciones entre clérigos y laicos, jerarquía y pueblo cristiano, Iglesia docente e Iglesia discente, rebaño y pastor, más propios del Medioevo que de la Modernidad. Una democratización que comenzaba por negar que la Iglesia fuera una sociedad desigual por naturaleza divina, como la habían definido algunos de sus predecesores, y por defender la índole comunitaria de la Iglesia y la igualdad de todos los creyentes por el bautismo.
Juan XXIII inició un diálogo multilateral -polilogo, al decir de Raimon Panikkar-. Primero, entre las tendencias enfrentadas dentro de la propia Iglesia católica. Para ello dio carta de ciudadanía a la nouvelle théologie, condenada por su predecesor, e invitó como asesores del Vaticano II a algunos de sus principales representantes, que habían sido privados de la docencia e incluso desterrados: Congar, Rahner, Schillebeeckx, etcétera, todos ellos pioneros del diálogo ecuménico. Tras siglos de incomunicación, entró en comunicación con la cultura moderna marcada por la increencia en sus diferentes manifestaciones: indiferencia religiosa, ateísmo y agnosticismo. Se acercó a las religiones cristianas no católicas a quienes no dudó en llamar hermanas. Supo apreciar los signos de liberación que se encuentran en las religiones no cristianas, a las que el concilio Vaticano II les dedica la última Declaración.
Hizo suya la cultura de los derechos humanos, anatematizada sistemáticamente por sus predecesores desde la Revolución Francesa y la incorporó a la doctrina social de la Iglesia en su memorable encíclica Pacem in terris, dirigida “a todos los hombres de buena voluntad” y publicada el 11 de abril, apenas dos meses antes de su fallecimiento, que contó con el reconocimiento unánime del mundo intelectual, social y político. Quince años después de la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos en la ONU y tras no pocas resistencias de la Iglesia católica hacia ella, Juan XXIII la asumía sin reparo y en su integridad, incluidos los derechos económicos y la presencia de la mujer en la esfera pública.
Juan XXIII trasladó a los obispos su apuesta personal, que era la Iglesia de los pobres, para que la asumieran como prioritaria en el concilio Vaticano.. La formuló por primera vez con plena nitidez el 11 de septiembre de 1962 ante el cuerpo diplomático: “La Iglesia se presenta, para los países subdesarrollados, tal como es y quiere ser: como Iglesia de todos y, particularmente, la Iglesia de los pobres”. No era una Iglesia que debiera coexistir con la Iglesia de los ricos. Era la verdadera Iglesia. Sólo unos pocos la hicieron suya y la defendieron en el aula conciliar. Uno de ellos fue el cardenal Lercaro, arzobispo de Bolonia, para quien el misterio de Dios había que ponerlo en los pobres, la evangelización de los pobres debía ser el centro del concilio y la Iglesia de los pobres la clave de bóveda. Esa convicción le llevó a renunciar a su achidiócesis y a ir a trabajar con los pobres a África. Otro fue monseñor Himmer, obispo francés de Tournai, quien osó afirmar en el aula conciliar: “Hay que reservar a los pobres el primer lugar en la Iglesia”. Pero no se convirtió en la idea prioritaria del concilio. Los obispos prefirieron centrarse en los no creyentes, como principal desafío al que tenía que responder la Iglesia entonces.
Sin embargo, la iniciativa de Juan XXIII no cayó en saco roto. Dio sus frutos unos años después, primero en América Latina con el nacimiento de los movimientos de liberación, las comunidades de base y la teología de la liberación; después en Asia, África y en los movimientos cristianos proféticos del Primer Mundo.
Gracias a Juan XXIII volvió a haber primavera en la Iglesia católica, tras siglos de invernada. Gracias a él empezamos a acariciar la esperanza de Otra Iglesia Posible. Pero fue una primavera corta, que apenas duro diez años. Luego vino, de nuevo, la larga invernada, que ya dura cuarenta años. ¿Hasta cuándo?
martes, 28 de octubre de 2008
Convocatoria VOCES
PERSONAS CON DERECHOS
Campaña de Sensibilizaciónpara el Día de las Personas Sin hogar (PSH)
Viernes 21 de Noviembre de 2008
Av. de la Constitución
Lectura de Manifiesto 21 horas
(Puedes leer el manifiesto en vocesasociacion.blogspot.com)
Una noche en la Calle con las PSH
Madrugada del Viernes al Sábado.
Desde 22 horas
Convoca Voces contra la exclusión Sevilla
lunes, 13 de octubre de 2008
Aniversario Pueblo de Dios 2007
lunes, 29 de septiembre de 2008
La vida te da respuestas...
miércoles, 24 de septiembre de 2008
La importancia del compartir...
viernes, 29 de agosto de 2008
El nuevo Paraguay.(Editorial de El País, 23.08.08)
Las expectativas que ha generado el cambio son enormes. Más del 75% de los paraguayos cree que el país mejorará con el Gobierno de coalición y el 60% piensa que los resultados de la gestión del nuevo presidente se notarán muy pronto. Así, pues, la presión social va a hacer muy difícil a Lugo moverse con cautela, pero tendrá que bregar duro para sacar leyes de un Parlamento en el que los colorados siguen siendo la primera formación.
Lugo pretende moverse en la ambivalencia de un modelo de izquierda que no será copia exacta del de Venezuela, Bolivia o Ecuador, pero tampoco de Brasil, Argentina o Chile. Con los brasileños tendrá que resolver, como ya anticipó durante la campaña, la delicada papeleta de revisar la tarifa de suministro eléctrico que prácticamente Paraguay vende a sus vecinos a precio de coste. El nuevo mandatario paraguayo quiere acabar con ese privilegio que goza Brasilia desde 1973.
La resurrección de la “otra Iglesia”
Apeló a la solidaridad de los países vecinos para que el gobierno de Lugo pueda obtener éxitos en sus prioridades de combate a la pobreza y la corrupción en este país de 6 millones de habitantes y 40 por ciento de pobres.
“Se abre la posibilidad de que los países latinoamericanos, sobre todo los de la región del Mercosur (que además de Paraguay integran Argentina, Brasil y Uruguay, con Venezuela en proceso de adhesión), demuestren su solidaridad”, dijo Galeano. “Tengo la esperanza de que Argentina y Brasil van a revisar los acuerdos (de las represas hidroeléctricas) de Yaciretá e Itaipú”, agregó.
Simpatizante de la teología de la liberación surgida en América Latina en los años 70 por una Iglesia al lado de los pobres, que no tiene las simpatías del Vaticano, Lugo ejerció el sacerdocio durante más de tres décadas, hasta que en diciembre de 2006, cuando era obispo, pidió una dispensa para dedicarse a la política.
El Vaticano primero lo suspendió a divinis, pero en julio el papa Benedicto XVI le otorgó dispensa de su estado episcopal al laico.
Lugo ganó las elecciones al frente de una coalición izquierdista que desplazó al conservador Partido Colorado, en el poder desde hace 61 años, incluidos 35 de la dictadura de Alfredo Stroessner.
martes, 5 de agosto de 2008
Ahorita vuelvo!!
No es por ganas, pero si fuese posible si que lo diría lo de ..ahorita vuelvo. Una semana después de nuestra vuelta lo vivido se ve aún de manera más objetiva. En la última etapa del viaje estuvimos en un internado de niños/as y adolescentes que tienen la orden franciscana de la Inmaculada Concepción en Puerto Ocopa, en la región de Junín. La experiencia con estos niños, para mi, ha sido satisfactoria, pero corta, me he quedado con ganas de más, de más tiempo para compartir, pero a pesar de eso, he conocido realidades, historias, vivencias...que me han dado una visión bastante acertada de la cultura del lugar.
Una vez en casa , me vuelvo a plantear que puedo hacer tanto por estos niños como por los enfermos mentales de Chincha. Se que puedo dar a conocer todo lo vivido pero entiendo que hay que hacer algo más, algo más para que el proyecto de Acoger (salud mental) en unos años se haga realidad, algo más para que esos niños puedan tener la opción de formarse y conocer el mundo que hay más allá de la selva, no con la intención de olvidar sus orígenes, sino todo lo contrario de luchar y trabajar por ellos, algo más para que no se pase de la etapa de niña a madre...entiendo que hay que hacer algo más por ellos y para eso hay que contar con ellos, conocerlos y saber cuales son sus inquietudes...espero que poco a poco vaya viendo más claro cual es mi papel en esta historia.
Esta historia con Perú tan sólo acaba de empezar, espero que esto sea sólo el primer capitulo, queda todo un libro en blanco por escribir, por llenar de vida...
miércoles, 9 de julio de 2008
Desde el Perú, desde la costa sur..
miércoles, 25 de junio de 2008
Cosas que pasan...de nuevo el mundo marista.

Uno que pensaba que estaba predicando en el desierto!!, pues por lo visto no. Y hoy precisamente me lo han confirmado de la manera más sencilla y posiblemente más precisa. Estaba disfrutando de un paseo por esta ciudad cuando me encontré a una persona (sin hogar) que hacía mucho tiempo que no veía, me paré para saludarla y hablar con ella y a los diez minuto aparece un chaval de unos quince años, nos interrumpe y me dice: ¿ tú diste una charla sobre la sonrisa y el voluntariado en los maristas?, me quedo un poco bloqueado (primero, por el momento me han reconocido, surge mi complejo de famoso pillado in fraganti, y después por como definió mi charla, la charla de la sonrisa, la simpleza e importancia de una sonrisa) y tras unos segundos nos presentamos y continuamos hablando los tres. Tras esto, me comenta que se ha quedado fascinado al escuchar a esta señora que vive en la calle, que quiere saber un poco más de estas personas, de sus vidas, los porqués de estar así...decide dejar a sus amigos en el burguer y seguir charlando conmigo...Para mi estas cosas son señales de Dios, del Dios que no tiene ojos, ni boca... sino energía como nos comentaba esta señora con la que hablamos, son recargas que nos hacen seguir creyendo en las personas, y como no en los jóvenes que son tan criticados en tantas ocasiones. Son situaciones que refuerzan tu fe y que aunque no consigamos "..ser dignos de desatar la correa de sus sandalias...", si nos acercan a tantas personas que por unos momentos recuperan esa dignidad que en muchas ocasiones tienen olvidada.
martes, 24 de junio de 2008
Del buen uso del relativismo
Es decir, nuestro modo de ser, de habitar el mundo, de pensar, de valorar y de comer no es absoluto. Hay mil otras formas diferentes de ser humanos, desde la forma de los esquimales siberianos, pasando por los yanomamis de Brasil hasta llegar a los sofisticados habitantes de condominios cerrados, donde se autoprotegen las élites opulentas y atemorizadas. Lo mismo se puede decir respecto a las diferencias de cultura, de lengua, de religión, de ética y de ocio.
De este hecho surge, de inmediato, el relativismo en dos sentidos: primero, importa relativizar todos los modos de ser; ninguno de ellos es absoluto hasta el punto de invalidar a los demás; se impone también una actitud de respeto y de acogida de la diferencia porque, por el simple hecho de estar ahí, goza del derecho de existir y co-existir. Segundo, lo relativo quiere expresar el hecho de que todos están de alguna forma relacionados. No pueden ser pensados independientemente unos de otros porque todos son portadores de la misma humanidad. Debemos ampliar, pues, la comprensión de lo humano más allá de nuestra concretización. Somos una geosociedad, una, múltiple y diferente.
Todas estas manifestaciones humanas son portadoras de valor y de verdad. Pero son un valor y una verdad relativos, o sea, relacionados unos con los otros, autoimplicados, siendo que ninguno de ellos, tomado en sí mismo, es absoluto.
¿Entonces no hay verdad absoluta? ¿Vale el every thing goes de algunos posmodernos, es decir, el «vale todo»? No es que valga todo. Todo vale en la medida en que mantiene relación con los otros respetándolos en su diferencia. Cada uno es portador de verdad pero nadie puede tener el monopolio de la misma. Todos, de alguna forma, participan de la verdad, pero pueden crecer hacia una verdad más plena, en la medida en que se abren unos a otros más y más.
Bien decía el poeta español Antonio Machado: «Tu verdad no; la verdad, / y ven conmigo a buscarla. /La tuya, guárdatela». Si la buscamos juntos, en el diálogo y en la cordialidad, entonces desaparece cada vez más mi verdad para dar lugar a la Verdad comulgada por todos.
La ilusión de Occidente es la de imaginar que la única ventana que da acceso a la verdad, a la religión verdadera, a la auténtica cultura y al saber crítico es su modo de ver y de vivir. Las demás ventanas solamente mostrarían paisajes distorsionados. Occidente se condena a un fundamentalismo visceral que en otro tiempo le llevó a causar masacres por imponer su religión y, hoy, guerras para forzar la democracia en Irak y en Afganistán.
Debemos hacer buen uso del relativismo, inspirados en el arte culinario. Hay solo un arte culinario, el que prepara los alimentos humanos. Pero se concreta en muchas formas, en las distintas gastronomías: la mineira o la nordestina en Brasil, la japonesa, la china, la mexicana y otras. Nadie puede decir que una sola es la verdadera y exquisita, y las otras no. Todas son exquisitas a su manera, y todas muestran la extraordinaria versatilidad del arte culinario. ¿Por qué con la verdad debería ser diferente?
LEONARDO BOFF, teólogo.
viernes, 6 de junio de 2008
Lo primero, la misericordia
La acusación de los sectores más religiosos es inmediata. ¿Por qué actúa Jesús de manera tan escandalosa? Los «pecadores» son gente indeseable y despreciada, causa de los males que sufre el pueblo elegido. Lo mejor es excluir a los que no viven de acuerdo con la Alianza, por ejemplo, el grupo de los «recaudadores» o de las «prostitutas». ¿Cómo se permite un hombre de Dios acogerlos de forma tan amistosa?
Jesús no hace caso de las críticas. Todos están invitados a su mesa porque Dios es de todos, también de los excluidos por la religión. Estas comidas representan su gran proyecto de un Dios que ofrece a todos su salvación: su misericordia de Padre no puede ser medida ni explicada por los hombres de la religión.
Jesús responde a las acusaciones descubriendo la hondura de su actuación. En primer lugar, su manera de mirar a quienes, por razones diferentes, no viven a la altura moral de quienes actúan conforme a lo prescrito. Los ve como «enfermos». Más «víctimas» que «culpables». Más necesitados de ayuda que de condena. Así es la mirada de Jesús.
En segundo lugar, su modo de acogerlos. «No necesitan de médico los sanos, sino los enfermos». Lo primero que necesitan no es un maestro de la ley que los juzgue, sino un médico amigo que los ayude a curarse. Así se veía a sí mismo: no como un juez que dicta sentencias, sino como un médico que viene a buscar y salvar a quienes se encuentran «perdidos».
Este comportamiento no es la actuación simpática de un profeta bueno. Aquí se nos está revelando cómo es Dios. Por eso dice Jesús: Dejaos de acusaciones y «aprended» en mi actuación lo que significan las palabras de Oseas: Dios quiere misericordia antes que ofrendas y culto.
Si no aprendemos de Jesús que lo primero para Dios es siempre la «misericordia», nos falta algo esencial para ser sus discípulos. Una Iglesia sin misericordia es una Iglesia que no camina tras los pasos de Jesús.
ANTONIO PAGOLA
lunes, 2 de junio de 2008
Perú nos espera (por lo menos eso quiero pensar)


Os quiero hacer partícipes de todo esto, queda menos de un mes para que estemos (mi amiga Reyes y yo) volando para Lima, eso si con su correspondiente escala en Sao Paulo, Brasil, para poder perfeccionar un poco más mi depurada técnica bailando la samba, porque otra cosa en esta ciudad, salvo temas financieros, culturales y de entretenimiento nocturno, no se puede hacer, aunque la denominan como "la ciudad que no puede parar", ya os contaré si es verdad este dicho. La siguiente etapa concluirá en Lima. Todo lo que pueda explicar ahora, es lo que supuestamente está programado, pero de lo programado a lo que ocurra posiblemente haya alguna que otra diferencia (os mantendré informados).
¿Y diréis que para que vamos a Perú?, aunque no lo preguntéis os lo voy a contar, vamos a echar una mano en un centro de ancianos con problemas mentales, centro que sobrevive con donaciones y personal voluntario, la segunda quincena, posiblemente en un poblado de selva con niños o haciendo pozos, no lo tengo demasiado claro (tampoco hay tanta diferencia entre una cosa y otra). Perú, es un país en desarrollo donde el 39,3% de su población es pobre y el 13,7% extremadamente pobre (datos 2005), sin embargo se ha situado en este 2008 en el segundo país con la inflación más baja del mundo, está creciendo notablemente. También destacar el rearme de Sendero luminoso apoyado por los narcotraficantes desde el años pasado. Y todo esto ha sido posible (o por lo menos lo será) gracias a un conocido de Reyes, Ernesto, que inició diferentes proyectos de ayuda en algunas zonas de aquel país.
En Lima nos recogerán con destino a la Costa Sur, a la región de Ica, la región más afectada por el terremoto de 15 de agosto de 2007, según cifras oficiales, los fallecidos ascendieron a 595 personas y 318 desaparecidos. 319.886 personas fueron afectadas y 76 mil viviendas deberán de ser reconstruidas. Exactamente nos quedaremos en Chincha, ciudad situada a 40 Km del epicentro del terremoto, región productora de algodón y maiz, es el lugar donde está el centro de los ancianos.
Tras pasar por alli la primera quincena, me imagino que habrá momentos para visitar el Parque de Paracas y Nazca, nos dirigiremos a Cusco y al Machu Picchu, el santuario inca, la ciudad perdida... Intentaremos visitar la Casa de las Misioneras de la Caridad de la ciudad de Cusco y ahí habrá que decidir si nos quedamos o seguimos con lo planificado...si optamos por lo segundo, nuestro próximo destino será la selva central.
Concretamente Puerto Ocopa, lugar en el que el aliciente de llegar alli será el factor sorpresa, ¿en qué podremos ayudar?...no le demos más vueltas, seguro que la providencia actuará. Tras esto de nuevo Lima y con destino, España.
Como podéis comprobar no tiene mala pinta el viajecito, pero seguro que poco se parecerá, cuando lo viva os lo volveré a contar...ya queda muy poco para que todos los que sienten algo por mi cojan su mochila y comiencen a viajar conmigo, no es tan complicado...
domingo, 25 de mayo de 2008
Felicidades y ... gracias, mundo marista
lunes, 19 de mayo de 2008
Fiesta en la calle, derecho al ocio
jueves, 15 de mayo de 2008
Jesús, ¿sacerdote o laico?
lunes, 12 de mayo de 2008
Envía tu Espíritu de Amor...
sábado, 26 de abril de 2008
Agridulce...
Lo dulce del tema es estar en un hospital que al ser pequeño tiene mucho de familiar , el encontrar a un policía nacional que nos pone todas la facilidades para entrar y el encontrar a una persona que por arte de magia nos traslada a su mundo, a un mundo de recuerdos muy vivos, de viajes , de momentos disfrutados, de historias aparentemente inconexas pero guardando un sentido: lo vivido, lo idealizado y soñado. Es otro mundo, de placeres breves y muy continuados, es un mundo en el que el contacto es el sumun de lo que se puede sentir, el sumun de sensibilidad trasmitida... y a pesar de eso, sintiéndose ajeno al entorno en el que se encuentra, en la infrahabitación en la que está encerrado (¿serán parecidas las condiciones de su celda?). Tras una mirada de esperanza y una gran sonrisa: ¿puedo salir al patio, señor?