domingo, 30 de noviembre de 2008

Un finde con Juanma...

Y realmente no se porque, pero se me apetece escribir algo, algo... algo que posiblemente a pocos os interese, pero tengo que escribir, me lo pide el cuerpo, o más bien el alma, siento esa necesidad. Siento la necesidad de contaros mi fin de semana, tampoco es eso (tampoco voy aquí a airear mis intimidades!!)... mira que voy a empezar...
No empezó bien, nada bien, y mira que yo tengo aguante, pero el coche consiguió mosquearme, lo consiguió, el solito, lo más absurdo que me ha pasado en estas 72 horas, estar dando vueltas durante una hora para encontrar un aparcamiento y volver al sitio de origen para aparcarlo (que por cierto el sitio de origen no esta cerca, está más bien, lejos de todo)... empezaba bien la tarde del viernes muy bien. Paseito por Triana para relajarme y a unas jornadas, sobre TDA (con H o sin H dependiendo, si queréis más información os doy mi teléfono personal y os lo explico hasta el mínimo detalle), jornadas de las que solo pude difrutar una hora, gracias a mi coche y al resto de coches de Triana que no permitieron que llegara antes, pero como tengo unos estupendos apuntes no me preocupa (ahora no me preocupa, pero entonces, en aquel momento si me preocupaba..eh? porque yo quería ir a las jornadas...).`
Fin de la primera prueba de la tarde y pasamos a la fase de relax, de meditación, de contemplación, de búsqueda en lo más profundo de uno, del encontrarse con uno mismo, del conocerse uno para encontrar al Dios del Amor ... que variedad, que riqueza (como diría mi amiga María) , cuantos matices...qué trío vocal (es que nos venimos arriba de momento, si es que somos lo que no hay, si mientras menos nos escuchamos más fuerte cantamos, y mira que teníamos un antecedente muy próximo en los salesianos, pero no, se nos va de las manos y se nos van, tanto el do,como el fa, como el mi...). Pero que grande es Dios, uniendo allí, en aquel espacio a tanta gente conocida y tanta gente querida y por descubrir (menos mal que estábamos al fondo y no vieron quien cantaba..). Como después alguien me comentó, esto también es ecumenismo, encontrarnos allí personas de diferentes carismas, con diferentes vivencias, con diferentes ideas de dios, con diferentes compromisos, de diferentes edades...Solo algunos peros, la mesa, la mesa dichosa ahí en medio, ¿no había sitio para ponerla?, y nuestra sor...a partir de ahora sor micrófono, lo que disfrutó esa mujer con el micro, era su momento de gloria ( y lo vivió como tal), que verborrea, empezó como aviso pero terminó como monólogo de la comedia, que arte, (pa no se de aquí, porque parecía un poco castellana), que cariño a Sor Barbara, y que fiel a todo lo que pasó, sin rodeos, de manera directa...que vida de entrega... lo pasó bien nuestra sor, nunca se había visto con tanto público.
Momentos de reencuentro con personas del mundo marista, personas conocidas de poco tiempo pero queridas y con ganas de seguir metiéndome en sus vidas, gente del grupo de acogida, de solidarios... y todos a cenar, risas y más risas... y hay que ver lo bien que no lo pasamos con cualquier cosa ( a nosotros nos dan una tarta y la paseamos en el coche y nos reímos con ella y tan normales (bueno eso de normales, habría que matizarlo), mejor, tan felices. Un poco de carbonería, tras haber esperado a mi leal y tranquilo amigo, y después lluvia, que a lo mejor no era tanta pero, os recuerdo que mi coche estaba, en un sitio que hay que ir, que no coge de paso y evidentemente me mojé, porque ¿dónde estaba el paraguas?..efectivamente, en el coche.
Fin de este maravilloso día, pero empezaba otro no muy distinto a éste, a levantarse temprano un sábado, como Dios manda, para aprovechar el día escuchando a una ponente que tiene problemas con el tiempo, con el reloj, va a otro ritmo, las cosas que pasan... Tempranito para Sevilla, y gracias a Santa Claudina encontré una esquina para mi coche, el día empezaba bien, muy bien... atasco en la sala donde eran las jornadas, traslado a otra sala, mucho más pequeña para estar juntitos y que nadie se escaqueara, churros a palo seco ( no os lo recomiendo, mejor ir entremetiéndole algo de líquido), y toda una mañana escuchando hablar de TEA, y asimilando conceptos que me quedaron clarísimo con un vídeo de unos 10 minutos...momento que me hizo reflexionar sobre el privilegio que tenemos, los que nos llamamos normales de poder compartir un abrazo y sentirlo, consolar al que lo necesita y saber que esta recibiendo ese consuelo, de reír , de llorar... de ser sensible a todo lo que nos rodea. Si me paro a pensarlo, veo que aunque actualmente esté más "cariñoso", más cercano, he perdido mucho tiempo sin poder sentir eso, al hacerme el inaccesible, al poner mi fantástica coraza... pienso que hay veces que compensa más enfrentarse al mundo sin ninguna coraza, aunque pueda doler más.
Y aprendí, esa tarde, que hay personas que son capaces de comprimir en media hora lo que era para dos horas, y que por tal de compartir un almuerzo nos dice que aún quedan dos horas de charla, cuando realmente quedaba poco más que la evaluación (jaja). Y al final caí, si es que desde que me enteré que lo que no se comparte se pierde y que lo que has recibido de forma gratuita de esa forma hay que darlo, pero caí porque entiendo que eso es lo que debo de hacer.
Y nos quedamos los jartibles, y todos a ver el musical de sor Barbara, pero no estaba para nosotros, un señor con bata de "guatiné" (para mi que era San Pedro) nos dijo que Barbarita no estaba disponible, que estaba reunida con un Amigo... no por ello se nos vino a bajo la devoción a la sor, pero para mitigar este golpe, decidimos ahogar nuestras penas en una cafetería de mala muerte..no es tan cara escuché decir, han bajado los precios...y una...subirían desde el trayecto de la puerta al sofá inglés sesentero, que glamour, que saber estar...que poca vergüenza la pochola que se nos metió en una habitación, y la abuela con la revista... no nos echaron, de milagro, porque intercedió nuestra sor. Y por fin acabó otro día,y empezó el domingo, día para descansar, porque así lo quiso Dios y los Cantores de Hispa lis... día para conocer a una persona un tanto especial, una gran persona que conocí gracias a otro leal y fantástico amigo, son personas que ese Dios, y no la casualidad, ha puesto en este momento de mi vida en mi camino.
Se queda uno como nuevo cuando comparte...si has llegado hasta aquí, gracias por escucharme.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Encuentro Nacional Taizé en Sevilla, del 8 al 10 mayo de 2009. "Vive lo inesperado"

Icono de la Amistad.

Este es un icono “viajero”. No debe conservarse, ni retenerse. La persona que lo tenga es responsable de llevarlo a algún lugar donde crea que hace falta un poco de esperanza (puede ser una parroquia, un grupo de oración, un hospital, un orfanato, etc.), para orar en torno a él, o simplemente para que haga presencia. Una vez allí, explica su historia (que viene explicada dentro del sobre), y propone que alguien se lo lleve, para que siga libre su particular peregrinación a lo largo de todo el país. Es importante no retenerlo, y confiar en que la siguiente persona que se lo lleve hará lo mismo “lo que gratis recibisteis, dadlo gratis” (Mt, 10, 8).

Historia del Icono de la Amistad

El “Icono de la Amistad” o “Icono del Buen Amigo” proviene del monasterio de Bawit en Egipto y data del siglo VII. Actualmente se conserva en el Louvre. Se ha identificado al hombre que está junto a Cristo como un santo egipcio, el Abad Menas. A los quince años este hombre se convirtió en soldado del imperio romano, pero tres años después abandonó el ejército para entregarse a la vida contemplativa en el desierto. Tras vivir cinco años como un ermitaño, regresó a la ciudad para declarar abiertamente su fe. Murió martirizado en 296 d.C. y pronto se convirtió en una referencia para los cristianos perseguidos. Cristo, a su lado, está caracterizado por el halo de santidad con la cruz, y por su nombre “Salvador” escrito en copto. Sostiene el libro del Evangelio y pasa su brazo sobre los hombros de San Menas.
“En nuestra iglesia se encuentra una copia de un icono copto del siglo VII. Muestra a Cristo poniendo su brazo sobre los hombros de un amigo desconocido. Por este gesto, toma sobre sí el peso, las faltas, toda la carga que pesa sobre el otro. No está frente a su amigo, sino que avanza a su lado, le acompaña. Este amigo desconocido es cada uno de nosotros. En el siglo VII sabían ya que Cristo no viene a castigar al ser humano. Desciende hasta lo más bajo de la condición humana. No deja que repose sobre nosotros ni la más mínima parte de lo que nos abruma.” (Hno Roger de Taizé, en Pasión de una espera)