lunes, 29 de septiembre de 2008

La vida te da respuestas...

A veces me pregunto si hacemos lo suficiente, y en muchas ocasiones no tardo en encontrar la respuesta a mi duda. Hoy mismo en el hospital, una señora que, para muchos de los trabajadores de allí es la más pesada y la más delicada de las pacientes, nos confesaba que no cualquier persona le hacía sonreír, y nosotros lo habíamos conseguido. Y lo habíamos conseguido de la manera más sencilla, compartiendo un ratito de conversación, de rebuscar en sus recuerdos, en su vida, en sus aficiones, incluso en su vestuario...no hubo de por medio un show más que ensayado, tan solo nos respaldaba el ensayo de la vida diaria y las ganas de transmitir alegría.También hoy, he sentido, lo que en más de una ocasión pongo en duda de algunos profesionales, (y mira que yo hago en muchas ocasiones de abogado del diablo y pienso que el hombre es bueno por naturaleza), la vocación, el ser conscientes de que están trabajando con personas y tratarlas como tales. Por un lado, al preguntarme una enfermera por un antiguo paciente que actualmente está en la calle y percibir la preocupación de saber cual puede ser el final de la historia, y por otro lado, la manera tan sencilla de otra trabajadora de contar la historia de un joven paciente que tras sufrir un accidente, en ese momento, tras varios días de mejoría, se empezaba a debatir entre seguir luchando por la vida o seguir en ese sueño inducido...son detalles, vivencias, que te hacen verle sentido a esta opción de vida, te hacen ver la grandeza del ser persona.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

La importancia del compartir...

La importancia del compartir un rato de conversación, posiblemente, si se le hubiera dado la importancia y prioridad que tiene, la historia hubiera sido de otra manera (también la Historia con mayúsculas). Pienso que el hecho de saber que alguien vuelve a la calle después de una larga hospitalización por falta de comunicación entre las dos partes, trabajadora social y paciente, es un tanto triste.
Entiendo que ambos tenían que haber puesto más de su parte, pero es evidente que la trabajadora debería de haber actuado de una manera mas eficiente, no limitando la libertad del paciente imponiendo su opinión, pero si intentando hacerle ver cual podría haber sido la solución más favorable dentro de los limitados recursos existentes en Sevilla.
¿Qué el paciente puso sus requisitos?, es lógico todos lo hacemos, buscamos nuestro bienestar, pero ahí debería haber estado ella "convenciendo" o mejor haciéndole ver la realidad que le esperaba de nuevo en la calle, circunstancia que posiblemente no se dio o por lo menos no con la intensidad deseada.
Que tiene que primar la libertad, que cada uno es libre de encauzar su vida como buenamente pueda o quiera, pero también es obligación de todos hacer ver al otro las alternativas existentes para que esa vida sea lo más saludable posible.
En este caso debido a la dejadez y a la falta de entendimiento, se obtuvo como solución la libertad y dureza de la calle.