miércoles, 25 de junio de 2008

Cosas que pasan...de nuevo el mundo marista.



Uno que pensaba que estaba predicando en el desierto!!, pues por lo visto no. Y hoy precisamente me lo han confirmado de la manera más sencilla y posiblemente más precisa. Estaba disfrutando de un paseo por esta ciudad cuando me encontré a una persona (sin hogar) que hacía mucho tiempo que no veía, me paré para saludarla y hablar con ella y a los diez minuto aparece un chaval de unos quince años, nos interrumpe y me dice: ¿ tú diste una charla sobre la sonrisa y el voluntariado en los maristas?, me quedo un poco bloqueado (primero, por el momento me han reconocido, surge mi complejo de famoso pillado in fraganti, y después por como definió mi charla, la charla de la sonrisa, la simpleza e importancia de una sonrisa) y tras unos segundos nos presentamos y continuamos hablando los tres. Tras esto, me comenta que se ha quedado fascinado al escuchar a esta señora que vive en la calle, que quiere saber un poco más de estas personas, de sus vidas, los porqués de estar así...decide dejar a sus amigos en el burguer y seguir charlando conmigo...Para mi estas cosas son señales de Dios, del Dios que no tiene ojos, ni boca... sino energía como nos comentaba esta señora con la que hablamos, son recargas que nos hacen seguir creyendo en las personas, y como no en los jóvenes que son tan criticados en tantas ocasiones. Son situaciones que refuerzan tu fe y que aunque no consigamos "..ser dignos de desatar la correa de sus sandalias...", si nos acercan a tantas personas que por unos momentos recuperan esa dignidad que en muchas ocasiones tienen olvidada.

martes, 24 de junio de 2008

Del buen uso del relativismo

Hoy, a través de los medios de difusión, imágenes y gentes de todo el mundo nos entran por los tejados, puertas y ventanas y conviven con nosotros. Es el efecto de las redes globalizadas de comunicación. La primera reacción es de perplejidad, que puede provocar dos actitudes: o de interés para conocer mejor, lo cual implica apertura y diálogo, o de distanciamiento, que presupone cerrar el espíritu y excluir. De todas formas, surge una percepción insoslayable: nuestro modo de ser no es el único. Hay gente que, sin dejar de ser gente, es diferente.
Es decir, nuestro modo de ser, de habitar el mundo, de pensar, de valorar y de comer no es absoluto. Hay mil otras formas diferentes de ser humanos, desde la forma de los esquimales siberianos, pasando por los yanomamis de Brasil hasta llegar a los sofisticados habitantes de condominios cerrados, donde se autoprotegen las élites opulentas y atemorizadas. Lo mismo se puede decir respecto a las diferencias de cultura, de lengua, de religión, de ética y de ocio.
De este hecho surge, de inmediato, el relativismo en dos sentidos: primero, importa relativizar todos los modos de ser; ninguno de ellos es absoluto hasta el punto de invalidar a los demás; se impone también una actitud de respeto y de acogida de la diferencia porque, por el simple hecho de estar ahí, goza del derecho de existir y co-existir. Segundo, lo relativo quiere expresar el hecho de que todos están de alguna forma relacionados. No pueden ser pensados independientemente unos de otros porque todos son portadores de la misma humanidad. Debemos ampliar, pues, la comprensión de lo humano más allá de nuestra concretización. Somos una geosociedad, una, múltiple y diferente.
Todas estas manifestaciones humanas son portadoras de valor y de verdad. Pero son un valor y una verdad relativos, o sea, relacionados unos con los otros, autoimplicados, siendo que ninguno de ellos, tomado en sí mismo, es absoluto.
¿Entonces no hay verdad absoluta? ¿Vale el every thing goes de algunos posmodernos, es decir, el «vale todo»? No es que valga todo. Todo vale en la medida en que mantiene relación con los otros respetándolos en su diferencia. Cada uno es portador de verdad pero nadie puede tener el monopolio de la misma. Todos, de alguna forma, participan de la verdad, pero pueden crecer hacia una verdad más plena, en la medida en que se abren unos a otros más y más.
Bien decía el poeta español Antonio Machado: «Tu verdad no; la verdad, / y ven conmigo a buscarla. /La tuya, guárdatela». Si la buscamos juntos, en el diálogo y en la cordialidad, entonces desaparece cada vez más mi verdad para dar lugar a la Verdad comulgada por todos.
La ilusión de Occidente es la de imaginar que la única ventana que da acceso a la verdad, a la religión verdadera, a la auténtica cultura y al saber crítico es su modo de ver y de vivir. Las demás ventanas solamente mostrarían paisajes distorsionados. Occidente se condena a un fundamentalismo visceral que en otro tiempo le llevó a causar masacres por imponer su religión y, hoy, guerras para forzar la democracia en Irak y en Afganistán.
Debemos hacer buen uso del relativismo, inspirados en el arte culinario. Hay solo un arte culinario, el que prepara los alimentos humanos. Pero se concreta en muchas formas, en las distintas gastronomías: la mineira o la nordestina en Brasil, la japonesa, la china, la mexicana y otras. Nadie puede decir que una sola es la verdadera y exquisita, y las otras no. Todas son exquisitas a su manera, y todas muestran la extraordinaria versatilidad del arte culinario. ¿Por qué con la verdad debería ser diferente?

LEONARDO BOFF, teólogo.

viernes, 6 de junio de 2008

Lo primero, la misericordia

La escena es insólita. Para los sectores más religiosos de Israel, un escándalo inadmisible. Jesús está en casa de Mateo, sentado a la mesa con los suyos. Pero no están solos. «Muchos publicanos y pecadores» acuden al banquete y «se sientan con Jesús y sus discípulos». Jesús queda sumergido en un ambiente de «pecadores». El relato señala que son «muchos». Todos se sientan a la misma mesa, entremezclados con sus discípulos.
La acusación de los sectores más religiosos es inmediata. ¿Por qué actúa Jesús de manera tan escandalosa? Los «pecadores» son gente indeseable y despreciada, causa de los males que sufre el pueblo elegido. Lo mejor es excluir a los que no viven de acuerdo con la Alianza, por ejemplo, el grupo de los «recaudadores» o de las «prostitutas». ¿Cómo se permite un hombre de Dios acogerlos de forma tan amistosa?
Jesús no hace caso de las críticas. Todos están invitados a su mesa porque Dios es de todos, también de los excluidos por la religión. Estas comidas representan su gran proyecto de un Dios que ofrece a todos su salvación: su misericordia de Padre no puede ser medida ni explicada por los hombres de la religión.
Jesús responde a las acusaciones descubriendo la hondura de su actuación. En primer lugar, su manera de mirar a quienes, por razones diferentes, no viven a la altura moral de quienes actúan conforme a lo prescrito. Los ve como «enfermos». Más «víctimas» que «culpables». Más necesitados de ayuda que de condena. Así es la mirada de Jesús.
En segundo lugar, su modo de acogerlos. «No necesitan de médico los sanos, sino los enfermos». Lo primero que necesitan no es un maestro de la ley que los juzgue, sino un médico amigo que los ayude a curarse. Así se veía a sí mismo: no como un juez que dicta sentencias, sino como un médico que viene a buscar y salvar a quienes se encuentran «perdidos».
Este comportamiento no es la actuación simpática de un profeta bueno. Aquí se nos está revelando cómo es Dios. Por eso dice Jesús: Dejaos de acusaciones y «aprended» en mi actuación lo que significan las palabras de Oseas: Dios quiere misericordia antes que ofrendas y culto.
Si no aprendemos de Jesús que lo primero para Dios es siempre la «misericordia», nos falta algo esencial para ser sus discípulos. Una Iglesia sin misericordia es una Iglesia que no camina tras los pasos de Jesús.

ANTONIO PAGOLA

lunes, 2 de junio de 2008

Perú nos espera (por lo menos eso quiero pensar)




Os quiero hacer partícipes de todo esto, queda menos de un mes para que estemos (mi amiga Reyes y yo) volando para Lima, eso si con su correspondiente escala en Sao Paulo, Brasil, para poder perfeccionar un poco más mi depurada técnica bailando la samba, porque otra cosa en esta ciudad, salvo temas financieros, culturales y de entretenimiento nocturno, no se puede hacer, aunque la denominan como "la ciudad que no puede parar", ya os contaré si es verdad este dicho. La siguiente etapa concluirá en Lima. Todo lo que pueda explicar ahora, es lo que supuestamente está programado, pero de lo programado a lo que ocurra posiblemente haya alguna que otra diferencia (os mantendré informados).

¿Y diréis que para que vamos a Perú?, aunque no lo preguntéis os lo voy a contar, vamos a echar una mano en un centro de ancianos con problemas mentales, centro que sobrevive con donaciones y personal voluntario, la segunda quincena, posiblemente en un poblado de selva con niños o haciendo pozos, no lo tengo demasiado claro (tampoco hay tanta diferencia entre una cosa y otra). Perú, es un país en desarrollo donde el 39,3% de su población es pobre y el 13,7% extremadamente pobre (datos 2005), sin embargo se ha situado en este 2008 en el segundo país con la inflación más baja del mundo, está creciendo notablemente. También destacar el rearme de Sendero luminoso apoyado por los narcotraficantes desde el años pasado. Y todo esto ha sido posible (o por lo menos lo será) gracias a un conocido de Reyes, Ernesto, que inició diferentes proyectos de ayuda en algunas zonas de aquel país.

En Lima nos recogerán con destino a la Costa Sur, a la región de Ica, la región más afectada por el terremoto de 15 de agosto de 2007, según cifras oficiales, los fallecidos ascendieron a 595 personas y 318 desaparecidos. 319.886 personas fueron afectadas y 76 mil viviendas deberán de ser reconstruidas. Exactamente nos quedaremos en Chincha, ciudad situada a 40 Km del epicentro del terremoto, región productora de algodón y maiz, es el lugar donde está el centro de los ancianos.

Tras pasar por alli la primera quincena, me imagino que habrá momentos para visitar el Parque de Paracas y Nazca, nos dirigiremos a Cusco y al Machu Picchu, el santuario inca, la ciudad perdida... Intentaremos visitar la Casa de las Misioneras de la Caridad de la ciudad de Cusco y ahí habrá que decidir si nos quedamos o seguimos con lo planificado...si optamos por lo segundo, nuestro próximo destino será la selva central.


Concretamente Puerto Ocopa, lugar en el que el aliciente de llegar alli será el factor sorpresa, ¿en qué podremos ayudar?...no le demos más vueltas, seguro que la providencia actuará. Tras esto de nuevo Lima y con destino, España.


Como podéis comprobar no tiene mala pinta el viajecito, pero seguro que poco se parecerá, cuando lo viva os lo volveré a contar...ya queda muy poco para que todos los que sienten algo por mi cojan su mochila y comiencen a viajar conmigo, no es tan complicado...