sábado, 26 de abril de 2008

Agridulce...

Me fui con un sabor agridulce de esta última visita al Hospital de San Lázaro, agria porque no consigo entender que en las condiciones en las que se encuentran, tanto la parte antigua como "la nueva", pueda seguir funcionando y se supone que cumpliendo las normas mínimas de higiene, seguridad..., y si ya deja mucho que desear el estado de habitaciones y de mobiliario de estas (en algunos casos parece que son camas que venían con el hospital cuando Alfonso X lo construyó y amuebló!! , buenas han salido!!) no puedes creer que las habitaciones del módulo penitenciario estén peor, pues si pueden estar peor, es lo más parecido a una "infravivienda", humedades en techo, cristal de puerta roto, balcón evidentemente cerrado, ni el más mínimo esbozo de decoración, dos camas, dos repisas-mesillas y mucho tiempo por delante para aburrirse. No se si es que no soy objetivo, o soy demasiado observador, pero no reciben el mismo trato que el resto de las personas hospitalizadas, somos personas, con la misma dignidad con los mismos derechos.
Lo dulce del tema es estar en un hospital que al ser pequeño tiene mucho de familiar , el encontrar a un policía nacional que nos pone todas la facilidades para entrar y el encontrar a una persona que por arte de magia nos traslada a su mundo, a un mundo de recuerdos muy vivos, de viajes , de momentos disfrutados, de historias aparentemente inconexas pero guardando un sentido: lo vivido, lo idealizado y soñado. Es otro mundo, de placeres breves y muy continuados, es un mundo en el que el contacto es el sumun de lo que se puede sentir, el sumun de sensibilidad trasmitida... y a pesar de eso, sintiéndose ajeno al entorno en el que se encuentra, en la infrahabitación en la que está encerrado (¿serán parecidas las condiciones de su celda?). Tras una mirada de esperanza y una gran sonrisa: ¿puedo salir al patio, señor?

lunes, 21 de abril de 2008

¿HAY ALGUIEN AHÍ?

...te lo pregunto a ti. Entiendo que no hay nadie.
En cuantas ocasiones nos hemos preguntado si hay alguien en el cielo, si hay alguien en casa, si hay alguien que nos necesita, si hay alguien que nos quiere, si hay alguien que nos protege, si hay alguien que nos sigue, si hay alguien que nos espera, si hay alguien que merece la pena...y al final, ¿qué?, no nos enteramos de las respuestas de la mayoría de estas preguntas (yo el primero) por indecisión, por comodidad, por miedo, por no arriesgar o porque han cambiado las preguntas después de tanto esperar a que nos dieran la solución... y merece la pena desaprovechar esta vida sin actuar, sin arriesgar, sin intentar cambiar toda aquello que nos interroga y nos hace pensar, sin compartir con el resto del mundo el maravilloso proyecto de crecer como persona?...a mi no me merecería la pena, pregunta de nuevo: ¿hay alguien ahí??. y seguro que hay alguien, espera un poco y sino tienes respuesta: búscala.
Yo tuve muchas respuestas (y espero aún tener muchas más) , encontré a un leal amigo,a una buena amiga siempre dispuesta a liarla, a un hermanito pequeño, a todo un mundo solidario que contagia de cariño al que lo conoce, a más de un padre espiritual (pero antes amigos), a una amiga incondicional, a mas de un amigo en la lejanía (pero siempre estarán), a grandes personas (ángeles caídos del cielo, en las aceras o en la cama de un hospital), a una familia siempre inmerecida...y tantas y tantas personas que me aportaron algo al pasar.
Si hay alguien ahí, que se manifieste (por favor)!!