En un lugar de la Mancha...

...mejor dicho, en varios lugares de la Mancha estuve, pero antes hice una parada en la capital del Santo Reino, en su catedral, joya del renacimiento, de la armonía, de la elegancia...ya estaba enamorado de ella pero en esta visita se confirmó que era algo recíproco...jeje...aunque la ciudad no esperaba mi llegada, todo lleno de obras, otro tranvía, si, todas las ciudades quieren tranvías, y Jaén no iba a ser menos... y antes de dejar la ciudad visita a la devoción más popular, "el abuelo". Dejé el mar de olivos atrás y me adentré en la Mancha, otro mar, pero no de olivos, llanuras, molinos de viento ( de todos los estilos) y carreteras interminables...pero llegué a la ciudad encantada, y me encantó.

Y no esperaba yo que Cuenca llegara a ser encantadora, pero lo fue, su situación, su arquitectura,sus calles, sus casas de tres o cuatro pisos aprovechando la pendiente y ese colorido...me sorprendió, y sus vistas desde el castillo, y que decir de sus riberas, que invitan al paseo, al pararse y dejarse envolver por esa naturaleza, por esos colores, por esos olores...segundo enamoramiento del viaje.

Siguiente escala, Toledo, la monumental Toledo, cuanta historia encierra, especialmente me gustó la iglesia de San Román y la mezquita del Cristo. Allí tuve tiempo para apoyar a la campaña de pobreza cero y también, para darle a mi vida un poco de contrasentido, asistir a la boda del hijo del duque de Feria, bueno, asistir de público..jeje.

Empezaba la bajada y fui a parar a la ciudad donde la vida es puro teatro...a la ciudad de Almagro, joya manchega, y con motivos, y que manera de explotar el teatro como reclamo turístico, nunca podrán agradecer a quien redescubrió el corral de comedia tanto bien como hizo por este lugar, creo que es una visita obligada. Y antes de regresar a Andalucia visita a Bolaños de Calatrava, bueno más bien a su patrona al coincidir con la de mi pueblo, y también a su patrón, lugar dónde me pusieron al día de toda la historia de esta localidad.

Y finalmente parada en Baños de la Encina que tantas veces he visto de lejos pero que nunca he tenido la oportunidad de visitar, bueno, mejor dicho, nunca he tenido la iniciativa de desviarme de la autovía y subir a esta villa, me sorprendió.

Esta fue a grandes rasgos mi escapada de octubre y en breve... ya veremos donde voy.